sábado, 13 de julio de 2013

Pequeño poema diurno

Te quiero más bajo la luz
de la luna
que cuando el sol
golpea tu rostro,
pues la luna
te da un toque a
melancolía y vida.
Te quiero solamente
durante la noche,
durante el cuarto menguante
o la luna llena.

Solo en la noche puedo quererte
bienaventuranza mía,
en la noche con la luna mirándonos,
ambas amadas mías,
ambas hirientes y sensuales,
ambas dueñas de la noche,
ambas brillantes,
ambas tan únicas.

Te quiero más cuando
tu tacto me busca en las penumbras,
cuando tus besos
se recargan fríamente
en el oscuro rostro mio,
te quiero a las doce de la noche
porque es cuando tengo más frío.
Ven abrázame,
pues es de noche, y la luna
ya alumbra tu paso,
ven noche,
ven melancolía,
ven luna,
ven amada mía, ven pequeña damisela diurna.



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