jueves, 11 de julio de 2013

Caminante

Toda mi vida me ha gustado caminar, ¿Por qué?, no lo sé con exactitud, pero sé que me causa un gran placer. Hay personas que nunca se atreven a caminar y eso tampoco lo entiendo muy bien. A mí en verdad me causa un gran placer salir a las calles, ponerme mis auriculares y caminar sin rumbo o con rumbo, qué más da, el propósito es caminar.
Cuando mis amigos me preguntan: ¿Por qué caminas tanto?, nunca encuentro las palabras con que contestar esa pregunta tan absurda. Es como preguntarles a las aves porque vuelan, yo camino porque debo caminar. Creo que la pregunta correcta no es ¿Por qué? Si no ¿Para qué?, esa pregunta si que puedo contestarla.
Uno camina para avanzar o camina cuando quiere retroceder. Se camina para buscar, para encontrar y a veces para perderse. Uno camina si quiere estar saludable. También caminamos para alejarnos o acercarnos, según sea el caso. Caminamos  para conocer, para recordar y para olvidar. Uno camina para acercarse o peor aún, para alejarse. Uno camina para ir a comer, para ir a una fiesta, para ir a un funeral o a un bautizo. Uno camina y camina. Se camina para encontrarse con alguien o para alejarse de ese alguien. Uno camina y camina. Pero también se camina para pensar, para crear, para ser libre. Uno camina lento o rápido, pero lo cierto es que uno camina y camina. Se puede caminar recto, o en curvas o dando un paso adelante y uno atrás, pero nuevamente, uno camina y camina. Se camina para reír, para llorar, para gritar y para hablar. Uno camina para echar a volar la imaginación, para conocer o desconocer. Uno camina para preguntarse y para responderse. Se camina para huir de la muerte o para ir a su muerte, lo cierto es que uno camina y camina.
Para caminar no hace falta tener unas piernas fuertes o físicas. Uno camina con la mente o con las manos. Se puede caminar con los ojos, la boca o con la nariz. Debo decirles que uno puede caminar con el corazón también, el chiste es que uno camine y camine. Para rezar y para maldecir. Uno tiene que caminar para lo que sea, con lo que sea. El hombre tiene que caminar tanto para que deje de ser hombre y se convierta en un caminante. Los caminantes siempre llegan y siempre se van. Los caminantes se encuentran y se pierden, recuerdan y olvidan. Hacen de todo, pero ¿qué pasa si uno se detiene?

Bueno, eso no es tan malo como suponen, pues uno se detiene para no caminar. Para…bueno, uno sólo se detiene para no caminar. Qué curioso, creo que ya sé porque me gusta caminar, me gusta caminar porque parado uno no puede hacer nada, uno no llega lejos, uno no recuerda y no olvida, uno no conoce y no se pierde. ¿Qué sentido tiene la vida cuando uno se detiene? Ninguno creo yo, es por eso que me esfuerzo por no dejar de caminar, porque parado, uno se olvida completamente de caminar, y sin caminar ¿Qué se puede hacer?, no lo sé, será mejor que camine para recordar porque no debo dejar de caminar.

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