Si Dios existe lo hace
en tus abultadas y enrojecidas
mejillas cuando sonríes.
Lo hace en tu mirada y tacto.
Como quisiera beberme tu
alma a tragos. Amarte a versos.
Hablarte con miradas. Quisiera
tomarte de la mano, de la cintura;
del corazón.
Quisiera guardarnos en un beso.
Silenciarnos a caricias. Como
quisiera que me dijeras:
sos lindo,
sos extraño,
sos loco.
Como quisiera ser ese quisiera.
Quisiera morirme en tus brazos,
nacer en tu mirada, y
volver a morir en tus labios.
Tengo ganas de llamarte amor,
de gritarte a la distancia:
¡Vos sos Diosa!
¡Vos sos linda!
¡Vos sos loca!
A vos yo la quiero...
Loca.
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