jueves, 1 de agosto de 2013

La caja de Pandora

Cuando abres los labios pareciera que de ella salen todos los males. Fuiste la primera mujer en mi cama, en mi pecho, en mi vientre, en mi ebriedad. Siempre fuiste la primera, la más cabrona. Te crearon como castigo, de mi costilla izquierda, de mi alma, de mis piernas, de mis ojos, de mi reflejo. Eres la mitad de mi, la mitad perdida. Estoy condenado a estar incompleto, sin ti. Hecha a imagen y semejanza de las mortales; pero inmortal en el interior, nunca te vas. Siempre te quedas en pedacitos, en ausencias, suspiros y olvidos. Cuando abres tu boca, tratando de besarme, parece que se escapan todos los males. Cierras la boca, niña caprichosa, y se queda la esperanza; la mía, la de poder alejarme de tu presencia. Que contenta estas.

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