*Texto Histérico-paranoico-narcisista
El Diablo no está
en las guerras ni las desdichas del mundo. No hay un diablo bajo la cama a
media noche. No hay diablos encerrados en el closet cuando los faroles de la
calle dejan de parpadear. El diablo no está en el reflejo del espejo... el
diablo no está en la aguja que atraviesa la piel, el disparo de adrenalina. El
diablo no anda por las calles haciendo que las personas salten de los puentes o
de las ventanas, no está en el hospital desconectando a los enfermeros
terminales, no se encuentra sentado sobre una pila de podredumbre y moscas. El
diablo no está en el arcano XV del tarot. Mi madre, dice que el diablo es más sutil, que si pones atención puedes verlo en los detalles.
Yo he visto al
diablo a los ojos, lo he visto en el roce delicado de mis dedos en la boca
húmeda de una mujer desnuda, lo he visto en los senos y nalgas de la misma
mujer desnuda, en su sexo mojado y caliente. He escuchado como me susurra: “hasta el fondo”. El diablo se encuentra en una mirada lasciva, en una lencería
de encaje y en el espasmo inesperado... Yo he visto al diablo a los ojos, he
caminado costado a costado junto al diablo... El diablo no está en una
puñalada, bien mi madre me lo advirtió: “el diablo es más sutil...” y así fue
que lo encontré: En un beso, en un apretón de manos y en un abrazo... lo
encontré diciéndome “hasta luego”, “hasta nunca”, “hasta pronto”, “no eres bueno
en la cama”. Al diablo no lo encontré en las alcantarillas... lo encontré en
restaurantes de cinco estrellas, en museos y en iglesias... lo encontré caminando
por la calle o en una fiesta, lo encontré en la Universidad y disfrutando de un
café en la avenida principal de la ciudad. Al diablo lo encontré en Berenice,
en Regina, en Natalia y en mi propia madre cuando todos los días me decía:
“Cuidado hijo, el diablo esta en los d-e-t-a-l-l-e-s...”